Reencarnación


REENCARNACIÓN















Y allí estaba yo entre el limbo de una luz que crecía a mi alrededor y la visión de mi cuerpo inerme, tirado en la tierra, víctima de una puñalada. Traicionado por mis compañeros de robos y atracos, me habían hundido el cuchillo por la espalda, de tal forma que me retorcí un poco y mi alma salió, inmensa vasta y sabia, aunque un poco confundida. Me dije, tengo que entrar de nuevo, pero enseguida me di cuenta, no tengo ningún rencor ni dolor, he cancelado mis deudas y la luz me trago con su calido resplandor. Ahhh se me olvidó, sucedió en los parajes de El Camino a Santiago, en el año 1860.

Pero ahora estoy aquí frente a ustedes, tal vez, ya a muchos los he visto antes, y otros desde hace vidas me han tendido la mano de la amistad y el cariño, y nos asaltan las preguntas: ¿Qué es la reencarnación? ¿y la muerte? Preguntas que nos llevan a otra más compleja: ¿qué es la vida?

En mi humilde entender y experiencia, poseemos un alma inmortal, cuya naturaleza muchos especulan, pero que es mucho más amplia de lo que nuestro intelecto puede abarcar, también se habla del por qué una energía tan pura como el alma, debe descender a estos parajes densos a caminar por el dolor, el placer y la contradicción. Exponiéndose de paso a la inmensa tarea de tratar de escapar de un círculo infinito de reencarnaciones y transformaciones, que sólo los sabios más sabios pueden vislumbrar. ¿Por qué el alma se expone a este juego de reencarnaciones?

El Hombre, visto así se vuelve el misterio más grandioso del Universo conocido, al mirar su alma se transforma en infinito, un infinito sobre el cual sólo nos cabe especular. Y en ese infinito, encontramos las relaciones, tan complicadas como necesarias, las enfermedades, las edades, los gustos y tendencias, etc. que sólo un solo hombre o mujer puede dar para escribir infinidades de páginas. Y aunque nuestra cotidiana vida nos separa de esta maravillosa historia universal que es nuestro interior, siempre atisba a sobre salir la pregunta: ¿Quién soy?

Bueno les propongo un juego, una historia que involucra la galaxia entera, o el mismo Universo. Comienza así, en aquel entonces, que no puede ser entonces pues no había tiempo, el alma de lo grande se despertó, mirando su vastedad, conocía todo, estaba en todas partes, miraba a todas partes, incluso se extendía sin parar como milagros de creación, y en un instante, que tampoco podría llamarse así, sintió el milagro más energético posible.
- Qué extraño, ningún milagro es más grande que otro – se dijo.

Y miró como átomos de su cuerpo de luz tomaban formas caprichosas, formas juguetonas, que sin separarse de él, podían moverse individualmente hacia todas direcciones, maravillado, vio que eran un sinnúmero, monadas de monadas, salían de su centro omnipresente. Con todo el amor, podía conocer cada partícula, sentirla y seguirla.

Entonces vio el vasto universo expandiéndose y consolidando en capas energéticas, y vio que todas esas monadas partían a habitar cada segmento de ese hogar creado en su seno. E hizo un espacio para la materia, una vibración de energía densa, que se comportaba como una parte ínfima, pero que tenía una belleza y una atracción propia. Y observó que muchas monadas se acercaron a esa vibración para explorarla y purificarla. De qué la purificarían? Era un ardid, las almas en este campo denso aprenderían las leyes de la materia mientras trataban de volver a su hogar recordarían el amor como materia primordial en medio de una energía densa que envolvía al alma en las mismas leyes que su materia, que atraía vez tras vez al alma que se impone la tarea de no irse con deudas ni emociones negativas, ni siquiera dejar atrás a los otros por puro amor. Otras monadas decidieron ser guardianes espirituales de sus hermanos encarnados, esperar la evolución de esta, como llamarla, expedición y mantener la esperanza en nuestros corazones ya hechos de carbón, agua y otros minerales, tan denso o sublime como los materiales que está hecho. Y así llegamos a la Tierra, a la materia de este Universo.

Volver, es la tarea, aprender para expandir la creación nuestro propósito, y buscar el amor como fuente universal.

Reencarnar conlleva en si un propósito que resuena y resuena en nuestro interior, hay un anhelo espiritual que muchas veces abre la puerta de nuestra mente y nos dice:
_ ¡Entonces! ¡Qué vamos a hacer con todo esto! ¿Y el alma qué dirá?
Y comenzamos a buscar, mirando hacia todas partes, leyendo miles de mensajes y libros, buscando en las estrellas, haciendo meditación, despertando activando, meciendo, equilibrando, balanceando chacras, nadis, vórtices y canales energéticos. Y hasta agarramos a patadas al Ego, ladrón de paz y energía, para saciar esa pregunta de nuestro interior. Y un día henchidos de tanta prácticas y saberes, nos quedamos quietos, y sin saber cómo o por qué, experimentamos la unión del universo, la unidad, la aparente realidad cede su engaño y nos sabemos parte del todo. El Nirvana se nos es mostrado, y aprehendemos que venimos en busca de ese saber interior. Pero es como una muestra muy pequeña… Y comenzamos, otra vez, a buscar, mirando hacia todas partes, leyendo miles de mensajes y libros, buscando en las estrellas, haciendo meditación, despertando activando, meciendo, equilibrando, balanceando chacras, nadis, vórtices y canales energéticos. Y hasta agarramos a patadas al Ego, ladrón de paz y energía, para saciar esa pregunta de nuestro interior.

Sabemos de casos documentados, como la famosa Catherine de Weis, los del Ian Steveson, que recopiló unos 600, y analizó un tercio publicando su libro Veinte casos que hacen pensar en reencarnación. Bridey Murphy, un caso muy sonado y criticado. La Universidad de Virginia ha censad cerca de 2000 casos de todo el mundo, y muchos aseguran que han tenido deja vú o recuerdos de vidas pasadas.

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