A veces nuestras propias
debilidades son las que responden a nuestras interrogantes y entramos en un
ciclo donde el cambio es un trabajo casi imposible. Lo que me ha resultado más
doloroso en la vÃa del descubrimiento es despojarme de las descripciones y etiquetas
que me he impuesto para maquillar una autoestima baja o un miedo muy grande de
descubrir mis debilidades. Ese proceso de desvestirse ante el espejo es uno de
los más difÃciles y más Ãntimo.
También sucede cuando en
mis charlas estoy hablando de un punto y veo con tristeza que alguno de mis oyentes
ya tiene la repuesta a todos los ejercicios, cuando de una manera superficial
descartan la posibilidad que sea ese momento en el cual puedan voltear hacia ellos
y descubrirse para cambiar. Pero entiendo eso supondrÃa un duro golpe para la
máscara y el vestidos del frágil ego, que escondido en el ropaje de la
autosuficiencia y de la magnanimidad, resuelve que está sobrado en crecimiento,
entendimiento y conocimiento.
Con temor observo tal
actitud, pero las charlas no son momentos de confrontar al ego. También observo
como estrategia de defensa el fastidio sobre el tema del crecimiento, la
búsqueda de una fórmula mágica de crecer o de evadir el proceso de crecer, algo
muy propio de la nueva era, olvidando que todo camino es un camino de difÃcil y
empinada subida.
Y si no soy capaz de
desvestirme de despojarme de mis ideas preconcebidas, no puedo avanzar en mi
propio descubrimiento, al contrario, me internaré en una especie de laberinto y
hasta me inventaré repuestas que compartiré para que otros me acompañen
creyendo avanzar sin siquiera alejarme de la primera habitación del ese oscuro laberinto.
Estamos tan heridos,
tenemos tanto miedo de perder lo que creemos poseer, tenemos leyendas propias,
que como mantos cubren nuestro ego de algo mágico y seguimos tejiendo otros
mantos más gruesos, sólo para no reconocernos. En ese inútil trabajo de
reconquistar a diario lo externo bien sea a través de reconocimiento, “poder”,
estatus, etc., vamos perdiendo los talentos y las oportunidades de avanzar,
perdemos las energÃas en un mar de esfuerzos que nos mantienen prisioneros no
sólo de lo externo sino de las ideas más locas sobre nosotros mismo, alejados
de nuestro centro. Pero ante las preguntas:
¿Quién soy?
¿Agotas tu energÃa con
emociones de rabia, frustración, etc?
¿Qué cosa has elegido
hoy?
¿Has elegido, vuelve a
mirar?
¿Qué quiero? ¿A qué
quiero dedicarme? ¿Talento? etc.
Doy un mar de
explicaciones vacÃas, demuestro una completa indiferencia o fastidio, ni
siquiera puedo responder sin usar los disfraces de “soy… cualquier cosa light, resuelto
y listo” o de “soy energÃa” que todo lo puede con dos frases mágicas y sin
realmente vivir y procesar.
Y sin embargo esas
simples preguntas son apenas el comienzo de ese proceso de desnudarse ante el
espejo y comenzar a cultivarse. Puede que muchos caminos lo enseñen como
escalones del aprendizaje o etapas de enseñanza, lo cierto es que podemos irnos
esclerosando en las ideas absurdas que no nos dejan crecer y descubrirnos para
luego poder cambiar.
Los talentos, habilidades
y competencias sólo son posibles con un pequeño acto de descubrimiento y si
prosigues en el camino, sólo tal vez agregarás una pequeña chispa de
trascendencia. Y todo ello engloba la difÃcil tarea de ser y estar en este
mundo, las relaciones con los otros y las energÃas del dinero y el material.
Si no logramos ser
sincero y mirar de frente nuestros miedos y “retractores”, como sombras que
tapan la luz de nuestros talentos, anhelos y capacidades, será difÃcil crecer
en nuestro interior.
Existen personas
maravillosas esperando despertar esos talentos y energÃas espirituales o dones,
pero que huyen de esa desnudez y del proceso, total la zona de confort, aunque
sea mÃnima, es preferible a los sobresaltos del autodescubrimiento y a la
carrera de crecimiento, mejor me quedo en el confort, aunque sea ese confort un
lugar seco y árido.
Por último ¿Cultivas tu
energÃa o esperas que florezca al azar? ¿Huyes de tu propio descubrimiento y lo
cambias por “magia del rayo light”? ¿Te has vislumbrado alguna vez y no te
gustó?
En esta serie de charlas
sobre el cultivo de los talentos y de los memes como ideas virales, puede que
descubramos nuestra resistencias al cambio disfrazadas de cualidades positivas
o de programaciones “supersticiosas” que nos describen como criaturas
fantásticas revestidas de poderes, talentos y dones, creÃdas al pie de la letra
y está en nosotros poner un poco de esfuerzo de ir un poco más allá, aunque el
miedo a perder nuestra careta nos diga que es mejor huir y no mirar al espejo.
Molpo
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